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Por lo general, te sientas en un restaurante y el mesero te pregunta si prefieres agua de la casa o embotellada. Una simple pregunta que podría complicarse si te preguntase un sumiller de agua. Mientras que el vino y el café han sido durante mucho tiempo objeto de degustación y análisis detallado, un nuevo y sorprendente contendiente ha emergido en este escenario: el agua.

Sí, has leído bien. Hoy en día, existe una profesión dedicada exclusivamente a la cata del agua. Los sumilleres del agua, expertos en identificar y describir las diversas características y matices de este líquido, están cambiando la forma en que pensamos sobre el agua embotellada.

 

¿POR QUÉ EL AGUA NO SIEMPRE SABE IGUAL?

Aspectos como el terreno, la temperatura o la salinidad pueden ser elementos que cambian el aroma, sabor, aspecto o inclusive la densidad del agua. Además de estos factores, el agua se puede clasificar en cuatro tipos principales, según la Doemens Academy: agua mineral natural, agua curativa natural, agua de manantial y agua de mesa.

La diferencia entre estas radica en su origen y en los tratamientos que reciben. Por ejemplo, el agua de manantial surge de fuentes subterráneas naturales y mantiene su pureza con un mínimo tratamiento, a diferencia del agua de mesa, que es tratada y preparada para el consumo humano, y puede provenir de diversas fuentes con minerales añadidos para mejorar su sabor.

¿DE QUÉ MANERA SE CATA EL AGUA Y CUÁLES SON SUS PRINCIPALES DIFERENCIAS?

Al igual que el vino o cualquier licor, cuando se cata un líquido se comienza por la parte visual. Los sumilleres de agua primero evalúan la claridad y transparencia del agua, buscando cualquier turbidez o partículas en suspensión. Aunque la mayoría del agua es incolora, algunos minerales pueden darle un leve tono.

Después de la evaluación visual, se procede al olfato. El agua pura no debería tener olores perceptibles, pero a veces puede haber ligeros aromas debido a la presencia de ciertos minerales.

El siguiente paso es el sabor. Al tomar el primer sorbo, el sumiller presta atención a los sabores iniciales, que pueden variar desde neutros hasta ligeramente minerales. Manteniendo el agua en la boca por unos segundos, se evalúan los sabores secundarios que emergen, y finalmente, se analiza el retrogusto después de tragar el agua.

La sensación en boca es otro aspecto clave, evaluando la textura del agua, que puede variar desde sedosa hasta dura, dependiendo de su contenido mineral. Si el agua es carbonatada, se evalúa la calidad y cantidad de burbujas.

 

ENTONCES, ¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE UN SUMILLER DE AGUA?

El rol de un sumiller de agua va más allá de simplemente catar el agua. En una tienda de bebidas o restaurante, un sumiller de agua actúa como un experto asesor, ayudando a los clientes a elegir el agua que mejor se adapte a sus preferencias. Este profesional informa sobre las diferencias entre los tipos de agua y explica los efectos positivos que ciertos minerales pueden tener en la salud.

Para los interesados en conocer más del tema, existen instituciones especializadas que ofrecen programas de certificación. Doemens Academy en Alemania, y Fine Water Academy, ofrecen cursos en línea y presenciales enfocados en la apreciación y conocimiento de aguas premium a nivel mundial.

Los sumilleres de agua nos enseñan a apreciar algo tan básico y esencial como el agua, destacando la importancia de su origen, composición y beneficios para la salud. Así como valoramos la complejidad de un buen vino o un café especial, aprender a catar el agua nos invita a ser más conscientes de nuestra hidratación diaria y a disfrutar de cada sorbo con una nueva perspectiva, ¡A beber agua!

 

FUENTE: Animal Gourmet.