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CHAPULINES: LA NUTRITIVA (Y SALTARINA) PROTEÍNA DE LA COCINA MEXICANA

Fuente: Food and Travel México | Publicado: Julio 26, 2024
CHAPULINES: LA NUTRITIVA (Y SALTARINA) PROTEÍNA DE LA COCINA MEXICANA

Comer chapulines es una práctica ancestral y sustentable de la gastronomía mexicana. Conoce la historia culinaria de estos insectos saltarines, sus beneficios nutricionales y cómo maridarlos.

Los chapulines, esos pequeños insectos comestibles tan apreciados por unos como temidos por otros, son un ingrediente esencial y milenario de la gastronomía mexicana. Comer insectos no solo es una tradición cultural que se remonta a la época prehispánica, sino también una opción nutritiva y sustentable. Civilizaciones como los mexicas y mayas recolectaban y consumían chapulines como parte de su dieta diaria, valorándolos por su alto contenido proteico y sabor característico.

Con el paso del tiempo, esta tradición se ha mantenido, especialmente en regiones como el Estado de México, Michoacán, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Querétaro y Guanajuato, donde se sazonan con sal, ajo y chile. En la comida mexicana, los chapulines son utilizados de diversas formas: se pueden servir como antojitos, en tacos, tamales y quesadillas, o ser el ingrediente principal en salsas.


Chapulines, el súper alimento de ayer, hoy

Los chapulines son una fuente excepcional de proteínas, fibra, aminoácidos, antioxidantes y minerales como zinc, magnesio y calcio. Comer chapulines puede aportar grandes beneficios para la salud al ser una alternativa a la proteína tradicional, ya que ayudan al sistema inmunitario y combaten infecciones, mientras que sus vitaminas del complejo B son esenciales para el sistema nervioso. Además, su bajo impacto ambiental los convierte en una opción sostenible para enfrentar la inseguridad alimentaria, ya que su producción requiere menos recursos que otros alimentos y emiten menos gases de efecto invernadero. 

Algunas recetas populares con chapulines en la comida mexicana incluyen preparaciones como chapulines tostados, tacos de chapulines, mole de chapulines, salsas y sopas. Sin embargo, muchos estarán de acuerdo en que la mejor compañía para comer chapulines es el mezcal.


Chapulines y mezcal, el maridaje perfecto 

Las notas ahumadas de este destilado artesanal complementan los sabores terrosos y crujientes de los chapulines a la perfección, y en The Lost Explorer lo saben bien: su mezcal espadín, de perfil suave, es ideal para acompañar chapulines sazonados con limón y sal; el tobalá, con sus notas florales y frutales, armoniza con chapulines al natural, y el salmiana con sus sabores herbales es excelente para chapulines picantes, como los sazonados con habanero que producen Santena y Griyum.

Estas empresas son pioneras en la producción sustentable de chapulines en México. Griyum se enfoca en la cría de insectos en ambientes controlados y ecológicos, garantizando que los chapulines no estén expuestos a pesticidas ni otros contaminantes. Con prácticas estrictas de higiene para el procesamiento de los alimentos, Griyum ha desarrollado productos como harina de grillo para usar en panadería, bebidas y diversos platillos utilizando métodos innovadores.

Por su parte, Santena se especializa en la producción de chapulines sazonados, con técnicas tradicionales y modernas para ofrecer productos gourmet. Estos chapulines se crían en granjas diseñadas para optimizar la eficiencia y minimizar el impacto ambiental, creando una oferta de productos con un gran sabor y obtenidos de manera responsable. La empresa se asegura de que sus chapulines ayuden a promover la conservación de recursos naturales y el bienestar de las comunidades locales involucradas en su producción.

Comer chapulines no solo es un homenaje a la herencia gastronómica de México, sino también una solución moderna para la alimentación sustentable. Incorporar chapulines en la dieta apoya prácticas agrícolas sostenibles y contribuye a la seguridad alimentaria. Así que, la próxima vez que busques una opción culinaria responsable y tradicional, considera a los chapulines en tu dieta… y no olvides el mezcal.


FUENTE: Food and Travel México.